Cuando me dijeron que tenía que hacer un bizcocho para una persona que le gustaba el mundo de la fotografía no dudé ni un segundo en proponer hacer una cámara fotográfica.
Para este proyecto le pregunté a la clienta que si me dejaba libertad para hacer lo que quiera, y ella muy valiente dijo: “Claro que sí!”
Ya con total libertad realicé un bizcocho con forma de mi cámara fotográfica Nikon. Para hacer este bizcocho algo más personalizado le puse el nombre del homenajeado y los años que cumplía.
Cabe destacar, que igual a mi cámara fotográfica no es. Puesto que al ser una tarta para 20 personas, aunque en las fotos no se aprecie, me inventé unos botoncitos de más que han quedado muy bien y me han ayudado a poner a “escala” dicha creación.
En fin, con este proyecto disfruté muchísimo no sólo porque he realizado un bizcocho que me emociona, sino también, porque he creado una cámara fotográfica que ha arrancado muchas sonrisas.